Margariña Valderrama Currás
Actualidad y cuentos infantiles
(A la memoria de mi padre y dedicado a todos los profesionales sanitarios de España, con el agradecimiento especial y amoroso a los gallegos)
Cuando era pequeña mi padre, todos los días antes de dormir o cuando su trabajo se lo permitía, me sentaba en sus rodillas y comenzaba así: érase que se era un carpintero, llamado Geppetto que construyó un muñeco de madera al que llamó Pinocchio, que tocado por el hada azul se convirtió en niño, con una condición especial, si mentía le crecería la nariz. Cuantas veces en casa recordamos esos cuentos del abuelo que además animaba cambiando las voces de los personajes.
Me acaban de operar en el Hospital Montecelo el 5 de julio y como tuve mucho tiempo para observar, reflexionar, charlar e inclusive ver el debate a dos, no pude por menos que recordar ese cuento de la marioneta de madera, transformado en niño por el amor de su padre y de la magia. Pero ahora el protagonista del cuento era un adulto de carne y hueso, con nariz prominente, de fábrica, y que conforme hablaba en aquel plató de la televisión privada le crecía y crecía sin parar. Se le notaba que mentía a sabiendas, con descaro, enredando y claro, hasta para mentir hay que ser inteligente, y mucho más hoy que todo está en la "maldita hemeroteca" y en la memoria de muchísimos ciudadanos.
Esas mentiras no son inocentes como las de cuento, ni tienen el mismo fin, están envenenadas. Lo sabe bien quien las dijo en el embarrado cara a cara, porque durante cuatro legislaturas fue el mayor responsable del Gobierno gallego y de nuestra Sanidad Pública, y no como dijo él, que era responsabilidad del Gobierno Central, que es ni más ni menos el que transfiere los fondos para ser invertidos aquí, en Galicia y que, con los recortes de hace una década, lo están pagando el personal sanitario y como consecuencia los pacientes.
Los datos son elocuentes. En la ratio, relación profesionales por habitante, Galicia ocupa el penúltimo puesto en España: enfermeras, 517 por 100.00 habitantes, Pontevedra 402 por cada 100.000 habitantes, peor que la última CCAA, Murcia; matronas, 1 por cada 100.000 habitantes, la media española es el doble; profesionales de salud mental, insuficientes, el propio Consello Económico y Social de Galicia, presidido por un ex conselleiro del PP, denunció que las esperas para los enfermos mentales eran de tres meses, y así se produjeron en esta ciudad dolorosos e irremediables suicidios por no haber ni siquiera una cama para una extremada y necesaria urgencia; fisioterapeutas muy escasos y sin posibilidad de plazas para opositar y por si esto fuese poco, el Gobierno, presidido por ese Sr. durante 16 años renunció a la formación de 180 médicos de familia, imprescindibles para la ciudadanía. Si, si, Sr. Nuñez Feijóo.
No llega con los aplausos desde los balcones, ni tampoco con la "propina" de 100 €, no y no. Es necesario valorarlos humana, profesional y económicamente con nuestros impuestos y por sus derechos, a los excelentes profesionales, que están agotados y muy por encima de sus fuerzas, después de una pandemia.
Decía Susan Sontag que "la mentira es la forma más simple de autodefensa". Pinochio, al final del cuento, se apartó de las malas compañías, siguió los consejos de Pepito Grillo, amo a su padre y a su gente, pidió perdón. Sobre todo, dejó de mentir. Usted no se defienda, no trampee la información, mire a los ojos a la ciudadanía, diga la verdad, seguro que hasta habrá quien le perdone.